31 oct 2010

Una mirada holística al desafío de la rehumanización de la práctica médica en el siglo XXI


Introducción
Son indiscutibles los múltiples roles que han cumplido los médicos a lo largo de la historia. Tratándose de una profesión cuyo eje principal son los seres humanos, resulta indispensable considerar los cambios que sufren las sociedades a través del tiempo. Es así como éste rol no sólo se limita a tratar y curar enfermedades. Un médico debe ser estudiante e investigador, mantenerse al día con lo último e idílicamente aportar nueva información y avances.
Plantearse nuevos desafíos en cuanto a la técnica y el tratamiento de los pacientes, si bien son pilares fundamentales, se han mantenido como necesidades relativamente constantes a lo largo de la historia.
En la actualidad, ciertas necesidades antiguas se suman al vertiginoso avance tecnológico creando requerimientos y funciones absolutamente nuevas. El actual desafío que se presenta para la práctica médica es otro: lograr la rehumanización en el trato hacia los pacientes en una sociedad altamente industrializada.
En el siguiente ensayo se intentará exponer porqué el anteriormente mencionado proceso de rehumanización en la práctica médica podría tener consecuencias positivas sobre la prevención y el tratamiento de los pacientes  y por consiguiente resultaría beneficioso en variados aspectos que no únicamente abarcan la salud de la población de un país.


                                      Un nuevo desafío en el rol de médicos
Tradicionalmente la medicina se ha denominado “el arte de curar y prevenir enfermedades” (1).
Hoy más que nunca se habla del papel de los médicos en instruir acerca del auto-cuidado y la prevención en salud. Gran parte de las enfermedades que se tratan en centros hospitalarios tienen bases en el no cuidado de factores de riesgo o el uso indiscriminado de antibióticos haciendo caso omiso a los profesionales. En muchos países aún se registran altas tasas de mortalidad en la infancia por enfermedades que son prevenibles, ejemplos de ello son la tosferina, la poliomielitis, la difteria, la tuberculosis, el tétanos neonatal y el sarampión. (2)
           
Para hacer un nexo, se debe pasar hacia un tema en apariencia diametralmente distinto, se hace necesario volver a hablar sobre el profesional médico de modo individual.
            Para nadie es un misterio la actitud algo elitista de los profesionales médicos a lo largo de la historia, ya sea por encontrarse en situaciones sociales aventajadas, poseer el acceso a conocimiento de alguna manera exclusivo o tener la capacidad de incidir sobre la vida de otros mediante la salud. Esta actitud aún en la actualidad se sigue dando con bastante frecuencia, lo que marca la gran diferencia con tiempos anteriores es que ya no se trata de pacientes con nulo acceso a la información y sin gran poder decisión sobre su propio cuerpo. Como ejemplo de la prevalencia histórica de lo mencionado podemos citar a diversos personajes célebres que se han referido, con cierto descontento a la práctica médica y los médicos en general.  Se han dispuesto en orden cronológico. (3)


·         Heráclito de Efeso, filósofo griego:
“Los médicos cortan, queman, torturan. Y haciendo a los enfermos un bien, que más parece mal, exigen una recompensa que casi no merecen.”


·         Francisco de Quevedo, escritor español
“matan los médicos y viven de matar, y la queja cae sobre la dolencia.”


·         Benjamin Franklin, estadista y científico estadounidense:
“El cielo cura y el médico cobra la minuta”


·         Robert Koch, científico alemán:
“cuando un médico va detrás del féretro de su paciente, a veces la causa sigue al efecto”


·         Enrique Jardiel Poncela, escritor español:
“La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas”


             Para comprender lo que se plantea en este ensayo se debe aceptar la condición de seres sociales de los humanos. Sería inútil discutir esta condición cuando se tiene conocimiento de todos los efectos que puede tener la inadecuada adaptación tanto en seres humanos como en el resto de los animales.
                En este punto y con el fin de producir una especie de puente entre el mantenimiento de la salud de la población y las relaciones interpersonales, he decidido integrar teorías modernas de la psicología.
           La teoría moderna de las relaciones humanas desde sus conclusiones más generales, plantea que: “Cada individuo es una personalidad altamente diferenciada, que incide en el comportamiento y las actitudes de las personas con quienes mantiene contacto y, a la vez, recibe mucha influencia de sus semejantes. En la búsqueda de comprensión, aceptación y participación, el individuo trata de compenetrarse con otros individuos y grupos definidos, con el fin de satisfacer sus intereses y aspiraciones más inmediatos. En su comportamiento influyen el ambiente y las diversas actitudes y normas informales existentes en los distintos grupos.”  (4) Esto, en líneas generales es posible llevarlo al ámbito de la comunicación  humana, específicamente a una consulta. Cuando un paciente ingresa a esta es porque está preocupado por algo que lo aqueja, lo hace porque, aunque suene muy evidente, no tiene el conocimiento necesario para comprender a cabalidad lo que le está sucediendo y por lo tanto le produce cierta ansiedad o angustia.
            Por otro lado, también surge la necesidad de abarcar el ámbito conductual. En la actualidad, por un lado vemos que se han omitido ciertas conductas propias de nuestra necesidad de sociabilizar y se han introducido en nuestro inconsciente algunas conductas como el mantenimiento de cierta distancia proxémica dependiendo de nuestra relación con otros, contrario a lo que nos dicta nuestra naturaleza. Esto es graficable por medio de la observación de dos personas que se conocen paseando a sus perros, desviarán su necesidad de contacto hacia sus mascotas, de modo que sentirán una necesidad inconsciente de reemplazar este contacto por la de tocar a sus mascotas.
            Otras conductas sociales instintivas se mantienen, aunque algo modificadas, y se consideran de alguna forma “correctas”. Aumenta la sensación de ser escuchado de una persona mediante en contacto visual directo o gestos inconscientes de imitación al estar interactuando.
            Desde el extremo contrario, en la última mitad del siglo pasado, ha habido un vertiginoso avance tecnológico que no ha dejado ningún aspecto de la vida humano inmutado. La medicina en particular ha introducida en la práctica nuevas tecnologías, que si bien optimizan ciertos procedimientos, almacenan de manera más ordenada la información, nos permite mayor precisión y nos entregan nuevas posibilidades, dejan algo abandonado ciertas necesidades sociales humanas.
Se hace posible notar que aún siendo la medicina absolutamente dependiente de los pacientes, la tecnología ha contribuido a mermar el clima de diálogo y el contacto directo con los mismos.
            Sumado a todo lo anterior, la brusca expansión de la población ha llevado a que se deba reducir dramáticamente el tiempo que se le dedica a cada paciente.
            Se debe además retomar un tema mencionado someramente más arriba y se trata del acceso a la información de los pacientes. En la actualidad aquel que recibe un diagnóstico o información por parte del profesional médico tiende a ponerlo de alguna manera en duda en base a la gran cantidad de información entregada por los medios de comunicación, en especial internet. Esto se ve aumentado cuando aquel que recibe el diagnóstico sufre cierta negación de estar enfermo, no es capaz de aceptar su dolencia.
            Planteado todo, se sienta una base para explicar las causas que han llevado a gran parte de la población a tener ciertas suspicacias respecto a los médicos.
Por otro lado, es observable la poca disposición y baja credibilidad que en parte ha traído como consecuencia, que hacen que los pacientes tengan una baja disposición a obedecer indicaciones médicas. Se produce, por tanto, una cierta desacreditación de las palabras de los médicos y esto involucra los consejos en el ámbito de la prevención.
            Son diversas las tendencias tanto de la filosofía como de la psicología que plantean que la visión de algo de alguna forma se obtiene mediante la experiencia.  Es posible mencionar por ejemplo el asocianismo. Las teorías asociacionistas consideran que el fenómeno se explica de elementos más básicos que el fenómeno mismo, relacionados con los que el sujeto vivió anteriormente. Esto evidentemente condiciona el comportamiento del sujeto. (5)
         Se plantea por lo tanto, que los pacientes no tendrán la misma disposición a obedecer los consejos médicos a cabalidad producto de esta visión


         Expuesto todo lo anterior, se sostiene que si fuera posible acercar la figura del médico a la población, aproximar la medicina de forma responsable, para de esta manera derrotar los prejuicios que han nacido en base a las generalizaciones y a raíz de un tema histórico, se lograría fijar en gran parte las ideas tendientes a la prevención en la población. De este modo, se redestinaría más recursos a pacientes con enfermedades no prevenibles, se podría entregar una mejor atención de salud, se disminuirían las muertes por enfermedades y se cumpliría a cabalidad la función de los médica de procurar mantener la salud.


Conclusión
El mundo moderno ha planteado nuevos roles a la profesión médica. Por un lado se han observado cambios dramáticos en la enseñanza y práctica de la medicina. Los médicos que se dedican a la educación dentro de las escuelas de medicina tienen un papel fundamental en la rehumanización del ejercicio de la medicina. En tiempos en que se eliminó la clásica figura maestro-discípulo y se busca entregar conocimiento casi únicamente técnico, sin preocuparse mayormente por la formación valórica y humana tan fundamental en este campo, donde la dupla médico-paciente es indisoluble.
          Más allá de un rol, se trata de un desafío propiamente tal, circunscribir el uso de la tecnología a lo estrictamente necesario y beneficioso, dejarlo fuera de las relaciones humanas, crear instancias para crear confianza con los pacientes y recuperar finalmente la credibilidad y confianza para tener una incidencia positiva en la salud de la población.


Bibliografía


(1)Artículo EPOC: prevención de las enfermedades. Revista en línea Saludalia. Disponible en línea [URL: http: www.saludalia.com]. 2002.


(2)Enfermedades prevenibles. Revista en línea Son de Tampora N° 235 de la iniciativa de la comunicación. Disponible en línea [URL: http://www.comminit.com/es/node/290693/37]


(3)Todas las citas obtenidas de Proverbia.net [URL: http://www.proverbia.net]


(4)Teoría de las relaciones humanas. Autor: Prof. Newzahualcóyatl Gallaga G. Disponible en línea [URL: http://www.ggestiopolis.com/recursos/documentos/dulldocs/rrhh1/teorelhum.htm]. Actualizado: Septiembre/2003.





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