31 oct 2010

Consentimiento informado en Chile

 Introducción
                           

El consentimiento informado es una herramienta que permite dar autonomía a pacientes y médicos. Involucra voluntariedad, información y comprensión de parte del paciente. Dado que los procedimientos clínicos no son infalibles, el consentimiento informado reconoce y valida al paciente como un ser humano autónomo capaz de tomar decisiones y con la capacidad de decidir sobre su salud en base a las implicancias y riesgos que son parte de cualquier intervención o procedimiento que se pueda aplicar en clínica.
El siguiente informe presentará información acerca del conocimiento informado en Chile en base a la recopilación de información de diversas fuentes disponibles en la web.

Objetivos del consentimiento informado
Según el manual de consentimiento informado publicado por el Hospital Salvador (1):
“Explicar al paciente atento y mentalmente competente, la naturaleza de su enfermedad, los riesgos y beneficios de los procedimientos terapéuticos recomendados y obtener su aprobación para ser sometido a exámenes, procedimientos invasivos diagnósticos o terapéuticos y/o para estudio.”

Además plantea que se persigue lograr una interacción mediada por la confianza en la capacidad del médico de calmar la angustia y el temor, tanto en el paciente como en la familia. (2)

Encargados de su aplicación

A pesar de que el consentimiento informado debe ser de conocimiento común de todos los trabajadores del área de la salud: kinesiólogos, enfermeros, tecnólogos médicos y otros profesionales de la salud, además de técnicos paramédicos, auxiliares de enfermería e internos, el encargado de su aplicación (mediante un documento) es el médico tratante. (3)
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Normativas legales en Chile
El consentimiento informado de alguna forma llegó a la medicina desde el derecho, pero aparte de ser una obligación legal se basa en una exigencia ética.

         Según la normativa actual chilena el paciente debe tener información adecuada en cantidad y calidad respecto a: naturaleza de intervención y mejoras esperables, objetivos de la intervención, beneficios de la intervención, riesgos, molestias y efectos secundarios posibles de no hacer la intervención, opciones posibles a la intervención propuesta, explicación breve acerca de la razón por la que el médico tratante elige una opción y no otra y además la posibilidad de retirar el consentimiento informado de forma libre cuando lo desee.

         El no cumplimiento de los puntos anteriores implica una responsabilidad civil, en los casos de lesiones graves o amputaciones puede acarrear consecuencias como la revocación de la licencia o penas de presidio efectivo.

El Art. 491 Inc.1° del código penal (4)  establece que “el médico, cirujano, farmacéutico, flebotomiano o matrona que causare mal a las personas por negligencia culpable en el desempeño de su profesión” incurrirá respectivamente en las penas que figuran en el artículo 490 del título décimo de los cuasidelitos.

Si bien usualmente entendemos por negligencia algo que cause un daño directo, la omisión también es considerada un tipo de negligencia y puede llegar a tener consecuencias igualmente graves. Aunque en nuestro país no se acostumbra a denunciar este tipo de negligencias.

Desde la perspectiva ética

La discusión desde el ámbito ético puede darse desde el punto de vista de las capacidades de un paciente para tomar decisiones responsables y competentes respecto a su salud.
Según el informe Ethos (5), que publica periódicamente la universidad Alberto Hurtado:
“El Consentimiento Informado es la expresión de un derecho humano fundamental: toda persona es la primera responsable de su estado de salud.  Esta afirmación implica dos deberes: el individuo tiene que cuidar su salud (medicina preventiva) y la medicina está al servicio del enfermo (vocación del médico).  Estos deberes pueden cumplirse en la medida que se respeten dos derechos: todo enfermo debe tener acceso al sistema de salud y, por ello, el Estado tiene la obligación de asegurar el respeto efectivo de este derecho (una política de salud adecuada) en el contexto de una sociedad civil solidaria.
El enfermo tiene que crecer en su capacidad de hacerse responsable de las decisiones que afectan su vida.  A veces, estas decisiones no son nada fáciles y, por el contrario, existe la tentación de relegar esta decisión en otros porque siempre resulta más fácil echar la culpa al otro.  Hacerse cargo de la propia salud implica la necesidad de asumir el rol protagónico del curso de la propia historia, dejando atrás la tendencia tradicional de entrar en la dinámica paternalista del otro protector sobre la vida de uno.  La enfermedad no elimina el estado adulto del paciente.  El desafío del médico justamente consiste en apoyar al enfermo para que sea adulto frente al dolor correspondiente.
La medicina no es una ciencia infalible y, por ello, un médico, con las mejores intenciones, puede equivocarse; otras veces, simplemente no existe una terapia correspondiente.  El límite define la condición humana y la muerte no es el fracaso del médico sino parte de esa condición.  Evidentemente, esto no excluye la posibilidad de la negligencia y la mala práctica, lo cual también corresponde a la fragilidad humana.  Pero resulta decisivo saber discernir entre una culpabilidad humana legalmente sancionable y la serena aceptación de la fragilidad de la condición humana.  No existe la seguridad total en la medicina porque las variables son múltiples, cada cuerpo es distinto del otro, y el elemento de lo desconocido siempre estará presente.”
Conclusión
Dentro del campo de la medicina, el consentimiento informado se levanta como un pilar fundamental de la relación médico paciente. Además forma parte fundamental del cumplimiento de los derechos humanos, reconociendo al mismo como una persona con una capacidad autónoma de tomar decisiones. Uno de estos ejes principales es el acceso a la información, mediante todos los medios posibles.
El profesional médico juega un rol fundamental, pues tiene el deber de entregar información tanto profunda como adecuada. Es, por tanto, su deber poner en manos del paciente esta información sin el fin de influir por medio de la entrega en cantidad o calidad en la decisión que este finalmente tome.
Dado además que las relaciones humanas están sujetas a un componente emocional y trasfondo ético, resulta importantísima la existencia de una regulación legal en Chile, para proteger tanto a pacientes como a médicos.
Por las variadas aristas que toma el problema, resulta importante la constante discusión, pues, siendo la sociedad misma dinámica, este tipo de discusiones deben estar actualizadas y hacer real referencia al anteriormente mencionado dinamismo y acceso de la información de la sociedad.






Bibliografía referenciada
o    (1) Dirección Hospital Salvador. [http://www.hsalvador.cl/ ]. Norma conocimiento informado en Chile [Actualizada Septiembre del 2009]; Fecha de acceso del 23 de Agosto del 2010. URL disponible en: http://www.hsalvador.cl/documentos/NormaConsentimientoinformado.pdf
o    (3) Gladys Bórquez E., Gina Raineri B., Mireya Bravo L.. Revista médica de Chile [En línea]. La evaluación de la «capacidad de la persona»: en la práctica actual y en el contexto del consentimiento informado. Revista médica de Chile número 132.  2004. Fecha de acceso 23 de Agosto del 2010. URL disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0034-98872004001000013&script=sci_arttext
o    (4) Artículo N° 291 del código penal [En línea]. Santiago de Chile; Noviembre 12 de 1874. [Fecha de acceso 23 de Agosto del 2010]. URL disponible: http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=19060&r=2.  
o    (5) Tony Mifsud s.j. (Director, Doctor en Teología Moral), Elizabeth Lira (Investigadora y Profesora, Psicóloga), Pablo Salvat (Investigador y Profesor, Doctor en Filosofía), y Verónica Anguita (Asistente, Magister en Bioética). Informe Ethos [En línea]. 2001. [Fecha de acceso 23 de Agosto del 2010]; No. 15 URL disponible en: http://etica.uahurtado.cl/html/informe_ethos_15.html.

Una mirada holística al desafío de la rehumanización de la práctica médica en el siglo XXI


Introducción
Son indiscutibles los múltiples roles que han cumplido los médicos a lo largo de la historia. Tratándose de una profesión cuyo eje principal son los seres humanos, resulta indispensable considerar los cambios que sufren las sociedades a través del tiempo. Es así como éste rol no sólo se limita a tratar y curar enfermedades. Un médico debe ser estudiante e investigador, mantenerse al día con lo último e idílicamente aportar nueva información y avances.
Plantearse nuevos desafíos en cuanto a la técnica y el tratamiento de los pacientes, si bien son pilares fundamentales, se han mantenido como necesidades relativamente constantes a lo largo de la historia.
En la actualidad, ciertas necesidades antiguas se suman al vertiginoso avance tecnológico creando requerimientos y funciones absolutamente nuevas. El actual desafío que se presenta para la práctica médica es otro: lograr la rehumanización en el trato hacia los pacientes en una sociedad altamente industrializada.
En el siguiente ensayo se intentará exponer porqué el anteriormente mencionado proceso de rehumanización en la práctica médica podría tener consecuencias positivas sobre la prevención y el tratamiento de los pacientes  y por consiguiente resultaría beneficioso en variados aspectos que no únicamente abarcan la salud de la población de un país.


                                      Un nuevo desafío en el rol de médicos
Tradicionalmente la medicina se ha denominado “el arte de curar y prevenir enfermedades” (1).
Hoy más que nunca se habla del papel de los médicos en instruir acerca del auto-cuidado y la prevención en salud. Gran parte de las enfermedades que se tratan en centros hospitalarios tienen bases en el no cuidado de factores de riesgo o el uso indiscriminado de antibióticos haciendo caso omiso a los profesionales. En muchos países aún se registran altas tasas de mortalidad en la infancia por enfermedades que son prevenibles, ejemplos de ello son la tosferina, la poliomielitis, la difteria, la tuberculosis, el tétanos neonatal y el sarampión. (2)
           
Para hacer un nexo, se debe pasar hacia un tema en apariencia diametralmente distinto, se hace necesario volver a hablar sobre el profesional médico de modo individual.
            Para nadie es un misterio la actitud algo elitista de los profesionales médicos a lo largo de la historia, ya sea por encontrarse en situaciones sociales aventajadas, poseer el acceso a conocimiento de alguna manera exclusivo o tener la capacidad de incidir sobre la vida de otros mediante la salud. Esta actitud aún en la actualidad se sigue dando con bastante frecuencia, lo que marca la gran diferencia con tiempos anteriores es que ya no se trata de pacientes con nulo acceso a la información y sin gran poder decisión sobre su propio cuerpo. Como ejemplo de la prevalencia histórica de lo mencionado podemos citar a diversos personajes célebres que se han referido, con cierto descontento a la práctica médica y los médicos en general.  Se han dispuesto en orden cronológico. (3)


·         Heráclito de Efeso, filósofo griego:
“Los médicos cortan, queman, torturan. Y haciendo a los enfermos un bien, que más parece mal, exigen una recompensa que casi no merecen.”


·         Francisco de Quevedo, escritor español
“matan los médicos y viven de matar, y la queja cae sobre la dolencia.”


·         Benjamin Franklin, estadista y científico estadounidense:
“El cielo cura y el médico cobra la minuta”


·         Robert Koch, científico alemán:
“cuando un médico va detrás del féretro de su paciente, a veces la causa sigue al efecto”


·         Enrique Jardiel Poncela, escritor español:
“La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas”


             Para comprender lo que se plantea en este ensayo se debe aceptar la condición de seres sociales de los humanos. Sería inútil discutir esta condición cuando se tiene conocimiento de todos los efectos que puede tener la inadecuada adaptación tanto en seres humanos como en el resto de los animales.
                En este punto y con el fin de producir una especie de puente entre el mantenimiento de la salud de la población y las relaciones interpersonales, he decidido integrar teorías modernas de la psicología.
           La teoría moderna de las relaciones humanas desde sus conclusiones más generales, plantea que: “Cada individuo es una personalidad altamente diferenciada, que incide en el comportamiento y las actitudes de las personas con quienes mantiene contacto y, a la vez, recibe mucha influencia de sus semejantes. En la búsqueda de comprensión, aceptación y participación, el individuo trata de compenetrarse con otros individuos y grupos definidos, con el fin de satisfacer sus intereses y aspiraciones más inmediatos. En su comportamiento influyen el ambiente y las diversas actitudes y normas informales existentes en los distintos grupos.”  (4) Esto, en líneas generales es posible llevarlo al ámbito de la comunicación  humana, específicamente a una consulta. Cuando un paciente ingresa a esta es porque está preocupado por algo que lo aqueja, lo hace porque, aunque suene muy evidente, no tiene el conocimiento necesario para comprender a cabalidad lo que le está sucediendo y por lo tanto le produce cierta ansiedad o angustia.
            Por otro lado, también surge la necesidad de abarcar el ámbito conductual. En la actualidad, por un lado vemos que se han omitido ciertas conductas propias de nuestra necesidad de sociabilizar y se han introducido en nuestro inconsciente algunas conductas como el mantenimiento de cierta distancia proxémica dependiendo de nuestra relación con otros, contrario a lo que nos dicta nuestra naturaleza. Esto es graficable por medio de la observación de dos personas que se conocen paseando a sus perros, desviarán su necesidad de contacto hacia sus mascotas, de modo que sentirán una necesidad inconsciente de reemplazar este contacto por la de tocar a sus mascotas.
            Otras conductas sociales instintivas se mantienen, aunque algo modificadas, y se consideran de alguna forma “correctas”. Aumenta la sensación de ser escuchado de una persona mediante en contacto visual directo o gestos inconscientes de imitación al estar interactuando.
            Desde el extremo contrario, en la última mitad del siglo pasado, ha habido un vertiginoso avance tecnológico que no ha dejado ningún aspecto de la vida humano inmutado. La medicina en particular ha introducida en la práctica nuevas tecnologías, que si bien optimizan ciertos procedimientos, almacenan de manera más ordenada la información, nos permite mayor precisión y nos entregan nuevas posibilidades, dejan algo abandonado ciertas necesidades sociales humanas.
Se hace posible notar que aún siendo la medicina absolutamente dependiente de los pacientes, la tecnología ha contribuido a mermar el clima de diálogo y el contacto directo con los mismos.
            Sumado a todo lo anterior, la brusca expansión de la población ha llevado a que se deba reducir dramáticamente el tiempo que se le dedica a cada paciente.
            Se debe además retomar un tema mencionado someramente más arriba y se trata del acceso a la información de los pacientes. En la actualidad aquel que recibe un diagnóstico o información por parte del profesional médico tiende a ponerlo de alguna manera en duda en base a la gran cantidad de información entregada por los medios de comunicación, en especial internet. Esto se ve aumentado cuando aquel que recibe el diagnóstico sufre cierta negación de estar enfermo, no es capaz de aceptar su dolencia.
            Planteado todo, se sienta una base para explicar las causas que han llevado a gran parte de la población a tener ciertas suspicacias respecto a los médicos.
Por otro lado, es observable la poca disposición y baja credibilidad que en parte ha traído como consecuencia, que hacen que los pacientes tengan una baja disposición a obedecer indicaciones médicas. Se produce, por tanto, una cierta desacreditación de las palabras de los médicos y esto involucra los consejos en el ámbito de la prevención.
            Son diversas las tendencias tanto de la filosofía como de la psicología que plantean que la visión de algo de alguna forma se obtiene mediante la experiencia.  Es posible mencionar por ejemplo el asocianismo. Las teorías asociacionistas consideran que el fenómeno se explica de elementos más básicos que el fenómeno mismo, relacionados con los que el sujeto vivió anteriormente. Esto evidentemente condiciona el comportamiento del sujeto. (5)
         Se plantea por lo tanto, que los pacientes no tendrán la misma disposición a obedecer los consejos médicos a cabalidad producto de esta visión


         Expuesto todo lo anterior, se sostiene que si fuera posible acercar la figura del médico a la población, aproximar la medicina de forma responsable, para de esta manera derrotar los prejuicios que han nacido en base a las generalizaciones y a raíz de un tema histórico, se lograría fijar en gran parte las ideas tendientes a la prevención en la población. De este modo, se redestinaría más recursos a pacientes con enfermedades no prevenibles, se podría entregar una mejor atención de salud, se disminuirían las muertes por enfermedades y se cumpliría a cabalidad la función de los médica de procurar mantener la salud.


Conclusión
El mundo moderno ha planteado nuevos roles a la profesión médica. Por un lado se han observado cambios dramáticos en la enseñanza y práctica de la medicina. Los médicos que se dedican a la educación dentro de las escuelas de medicina tienen un papel fundamental en la rehumanización del ejercicio de la medicina. En tiempos en que se eliminó la clásica figura maestro-discípulo y se busca entregar conocimiento casi únicamente técnico, sin preocuparse mayormente por la formación valórica y humana tan fundamental en este campo, donde la dupla médico-paciente es indisoluble.
          Más allá de un rol, se trata de un desafío propiamente tal, circunscribir el uso de la tecnología a lo estrictamente necesario y beneficioso, dejarlo fuera de las relaciones humanas, crear instancias para crear confianza con los pacientes y recuperar finalmente la credibilidad y confianza para tener una incidencia positiva en la salud de la población.


Bibliografía


(1)Artículo EPOC: prevención de las enfermedades. Revista en línea Saludalia. Disponible en línea [URL: http: www.saludalia.com]. 2002.


(2)Enfermedades prevenibles. Revista en línea Son de Tampora N° 235 de la iniciativa de la comunicación. Disponible en línea [URL: http://www.comminit.com/es/node/290693/37]


(3)Todas las citas obtenidas de Proverbia.net [URL: http://www.proverbia.net]


(4)Teoría de las relaciones humanas. Autor: Prof. Newzahualcóyatl Gallaga G. Disponible en línea [URL: http://www.ggestiopolis.com/recursos/documentos/dulldocs/rrhh1/teorelhum.htm]. Actualizado: Septiembre/2003.